Muerte o Ascención ?
La mente es el único obstáculo
para alcanzar nuestra herencia divina.
Nadie puede
bajarse del tren de la vida, no es posible dimitir ni dejar de vivir en el
Eterno Ahora del Ser, siempre dispondrás de vida sin límite y siempre tendrás
libertad para crearla como desees. Nuestra incultura espiritual es tan grande
que aún creemos que la muerte es una pérdida y luchamos por evitarla, creando
más de lo mismo. Pero en el mismo instante que mueres, sigues vivo en el Ser y
abierto a nuevas experiencias. Así que no hay pérdida ninguna excepto en tu
ilusoria fantasía de que abandonar este plano es algo malo por naturaleza, y su
origen es el miedo a la soledad, la falta de un centro permanente de conciencia
en tu propio corazón. Habría que ir más lejos y añadir que incluso el karma es
sólo una ley que funciona para los que creen en ella y para nadie más. Sólo
existe el Eterno Ahora
en el que experimentamos libremente con el pensamiento de la materialidad. Cada concepto
que convertimos internamente en ley se convierte en ley. Y si crees en el karma tendrás que
reencarnar una y otra vez para equilibrar, pagar o beneficiarte de lo realizado
en una vida anterior sobre la
Tierra.
Gracias al
“cuerpo denso físico" nacido del vientre de una madre y a los sentidos de
que dispone interactuamos con este plano físico - energético sintiendo el
contacto con los Cuatro Elementos. Y sólo si inundamos este cuerpo de calor y
luz solar (elevando la frecuencia y el brillos de las células); si manifestamos
la plenitud de la Presencia
Yo Soy en cada uno de nuestros actos,
pensamientos o sentimientos; y si ampliamos
las capacidades de nuestros receptores cerebrales al máximo nos
será posible ‘ascender’ hasta alcanzar la eternidad de la vida en cuerpo
físico. Con lo cual ya no necesitaremos volver a entrar en un vientre femenino
y tan sólo con cambiar las frecuencias celulares seremos visibles o invisibles
para los seres de este plano.
Y ¿cuál es el obstáculo para lograr algo que nos
corresponde como herencia divina? El único obstáculo es la mente, que ha de sacralizar lo cotidiano, sumergirse en el
no-tiempo evitando considerar la ascensión como un logro que se alcanza con
esfuerzo, y sobre todo acabar con todas las limitaciones sociales aprendidas
por generaciones sobre la muerte, el deterioro de la vejez, la enfermedad como necesidad del sistema,
la realización del Dios íntimo, etc.
Sentimos a la muerte como un enemigo implacable sin comprender que siempre
mueren los que creen en la muerte. Y cuando la sociedad entera cree en ella
entonces sólo existe la oscuridad y el temor ante el futuro.
Sin embargo
estamos experimentando y conociendo a personas
que sólo viven de luz,
que son yoguis de más de 400 años, que cada día parecen más jóvenes… Y eso nos
lleva al tema de que este cuerpo fue diseñado en su origen para vivir
eternamente sin envejecer, dependiendo de las glándulas de secreción interna y
no de los órganos. Incluso se ha
llegado a identificar lo que científicamente se considera “la hormona de la
muerte” unida a los sentimientos de culpa, de miedo, de falta de autoestima, de
odio o de ambición desmedida. Una
hormona que se ‘dispara’ cada vez que entramos en un hospital (la solvente
industria de la muerte), donde la enfermedad sigue siendo considerada en gran
parte como una lotería incontrolada o asumimos la vejez como el camino natural
en los pasillos de los geriátricos, o intentamos estabilizar el futuro a través
de los seguros de vida… ¿Y todavía seguís queriendo tener niños índigo, cristal o
diamante en vuestra casa? Os harán pedazos.
Hay planetas en ascensión donde se vive siempre con la misma
apariencia y no se envejece, pero aquí en la Tierra la belleza está
asociada a unos moldes artificiales (y casi siempre artificiosos) que ocultan
la luz del alma ante el predominio de lo juvenil. Nadie asume que los adultos son más sabios que
los adolescentes, a lo más que son más zorros y toman mayores precauciones. Sin
alegría, plenitud sexual, felicidad, ejercicio físico, y sobre todo Amor, el
cuerpo físico enfermará y envejecerá, sobre todo
si ni siquiera eres capaz de
concebir que lo que pensamos crea el mundo en el que vivimos y
que nadie se atreve a aceptar la estupidez de la muerte.
Es
hora de matar la muerte. De acabar con cualquier pensamiento que huela a limitación,
a degeneración, a vejez, a enfermedad. No asegures-fijes tu vida porque lo vivo
está siempre cambiando, y lo que venga en el futuro dependerá de los
pensamientos del Dios que eres. Tu aquí y ahora puedes rejuvenecer tu cuerpo
hasta mantenerlo constantemente en un perfecto estado de salud y de belleza.
Porque el cuerpo es un ser del mundo elemental muy sensible y obediente que
depende de tu mente como maestra, y que vivirá todo el tiempo que le permitas
vivir. Así que comienza ya mismo a disolver todo temor al futuro, a
eliminar los conceptos de vejez y de muerte de tu vocabulario,
a sentir que este cuerpo
es para siempre, a rejuvenecer años en cada cumpleaños en vez de sumarlos. Si
acabas con todo lo que limita tu vida, este Ahora será tu eternidad, porque
cuando dejes de invocar la muerte, ella desaparecerá para siempre. Y aunque las
programaciones del pasado puedan arrastrarnos una vez más, nunca olvides que
gran parte de las nuevas generaciones no morirán jamás.
La ascensión física implica un cambio de frecuencia vibratoria en el vehículo de carne y un cambio de focalización de la conciencia en los planos mentales, que permiten la evolución espiritual, manifestando la voluntad de Dios que Yo Soy, su Amor y su Misericordia. Tanto las moléculas como la conciencia son transformadas por su inmersión en la luz divina que viene desde el Absoluto, la Fuente UNO, el Creador Padre/Madre.
La ascensión física implica un cambio de frecuencia vibratoria en el vehículo de carne y un cambio de focalización de la conciencia en los planos mentales, que permiten la evolución espiritual, manifestando la voluntad de Dios que Yo Soy, su Amor y su Misericordia. Tanto las moléculas como la conciencia son transformadas por su inmersión en la luz divina que viene desde el Absoluto, la Fuente UNO, el Creador Padre/Madre.
Somos
Espíritu teniendo una experiencia humana
y no seres humanos abriéndonos
a experiencias espirituales.
Entre el Espíritu y nosotros hay una continuidad de Ser en la que sólo difiere
la perspectiva, ya que nosotros encarnados dentro de un cuerpo físico tenemos
una manera única de percibir y de ser. La Ascensión no es cuestión de la
mente concreta sino del Amor divino y de la Luz de Dios, focalizados día a día en la entrega a lo universal, con serenidad,
auto-observación y entrega desinteresada a los demás… Acelerar el cambio
genético hasta actualizar nuestro pleno potencial y entrar en la llamada
Conciencia Total exige perseguir esa meta cada día, cada mes, cada año del
resto de nuestra vida, hasta que sea alcanzada. Ninguna intervención estelar ni redención divina podrá hacerlo
por nosotros, sólo a través del Intento consciente es posible llegar a ella.
Y muy pronto sólo lo que esté consciente
sobre la Tierra
(de cualquier reino de la naturaleza) sobrevivirá al empujón vibratorio que está llegando y que
disolverá todo residuo de 3ª y 4ªD.
La ascensión
nos regalará el dejar de envejecer y revertir el proceso hacia el
rejuvenecimiento, el liberarnos de toda enfermedad para que la nueva horma
Cristalina pueda compartir una era de paz, bienestar y unidad. Por eso se hace necesario comenzar con un
cuerpo lo más sano posible, ya que de otro modo es preferible abandonar este
plano y volver con un cuerpo reprogramado. La liberación de toxinas y la eliminación de
residuos biológicos debidos al proceso de ascensión exigen un corazón, un
hígado y un colon en perfecto estado.
La clave del
eterno Ahora está encerrada en todo lo que seas capaz de realizar en este mundo
a lo largo de tu vida, es
función del Amor y la autoestima con que te envuelves, es función de cuánto te
quieres a ti mismo.
Ámate a ti
mismo, deja las leyes de 3D (mas no la prudencia) y se libre como Dios lo
es, sin juicio, sin egos, sin creencias impuestas, ni limitación.